domingo, 21 de febrero de 2021

El festival

Con estas tres palabras (FLOR – PEGAMENTO – VOZ), ganas de abrazar, mucho amor y algo de distancia surge este cuento para niñ@s y, entonces, para mí.
            

El festival

Había una vez una cantante buenísima. Era tan buena que todas las personas que la escuchaban se quedaban embelesadas con sus canciones. A unas les daba por dormir plácidamente, a otras les daba por sonreír o reír a carcajada limpia y a otro grupo, a la mayoría, les daba por disfrutar de la canción poniéndose cómodas, lo más cómodas que podían.

Esto, el que cantase tan bien, era, a veces, todo un problema. Sí, sí, como suena, un problema y de los goooordos.

Ramona, que así se llamaba la cantante, era una gran estudiante de música, una gran aficionada a ayudar a la gente y una gran coleccionista de historias que le pasaban desde que comenzó a cantar en público.

Todo el mundo en Cantilandia conocía a Ramona y todos sus habitantes podían contar un montón de esas historias; como aquella del concierto en que la banda de música se durmió completamente al escuchar a Ramona; o aquella en que la alcaldesa comenzó a roncar y su marido a reír a carcajadas; o aquella en que los espectadores se levantaron de sus sillas y se acostaron en el escenario junto a Ramona…



Ramona era muy querida pero no le gustaba que cuando ella cantase, la gente se acostara alrededor, o que algunas personas rieran como si estuviesen locas, o que hubiera gente dormida y roncando mientras ella cantaba concentrada, ¡y menos la alcaldesa!

Ella nunca decía nada. Ya cuando era más joven le pasaban cosas así y se había casi acostumbrado. Pero no se sentía del todo satisfecha cuando dormía a la mayoría de sus escuchantes en lugar de hacerles aplaudir.  ¡Casi tenía que aplaudir ella para que todas las personas despertasen!

Eso estaba haciendo que fuera algo más reservada cuando ensayaba sus canciones. Además, dentro de una semana había un festival muy importante en Cantilandia y gente de todo el mundo iba a venir para escucharla a ella y a otras cantantes que vendrían de muy lejos.

Era un festival en el que ella tenía puesta una gran ilusión y debía ensayar nuevas canciones.

Con todo esto en la cabeza, aquella mañana Ramona salió a andar al bosque y no quiso tararear ninguna de sus canciones para que la vecina no se riera, para que los panaderos no se durmieran, para que el policía no roncara o para que la librera no se acostara en el kiosko como la última vez…                  

Ramona iba al bosque a ensayar. Allí había descubierto una pequeña cueva en la que podía cantar y que muy poca gente conocía. Allí estaba ensayando los últimos días y eran esas horas las que hacían que Ramona volviese a estar ilusionada con el festival. Necesitaba que la gente escuchase, sólo eso, nada de risas, nada de ronquidos o de echarse al suelo con los ojos en blanco…

Al día siguiente, Ramona volvía a salir de casa hacia la cueva, iba a ensayar de nuevo y no pensaba tararear nada de música hasta que llegase a ella. Cuando llegó a la cueva vio algo nuevo bajo el árbol que había junto a la puerta. No recordaba haber visto ninguna flor con esos colores.

El caso es que se quedó mirando esa flor y al lado había una nota. Era un papel de color verde que estaba escrito con letras muy grandes que iban dirigidas a Ramona.

-“¡Pero si es para mí!, ¡qué sorpresa!”… 

                     






             
     

La nota comenzaba así:

Dirigida a Ramona,
La cantante silenciosa,
No tararea, ¡qué mona!
Es así de graciosa.
Si quieres escuchar,
Que no duerman arreglarás,
Prepara antes de cantar,
Vestido y flores llevarás.
 

Pega al vestido esta flor
Si a la gente quieres mostrar
Cómo de dulce es tu voz
Y lo bien que puedes cantar.
Y ahora, canta,
Que escuchar me encanta,
Que no hace falta manta
Para calentar la garganta.


-“O sea que… ¡esta flor pegada en el vestido! ¡Qué cosas!”


Ramona miró a todos lados y no vió a nadie. Allí estaba ella con una flor que olía muy bien y que tenía unos colores vivos que hipnotizaban, no podía dejar de mirarla. Era una flor que no había visto nunca y, respecto a la nota, parecía que quisieran ayudarla con su pequeño problemilla.

-“Probaré esta tarde”, volvió a decir Ramona. “Pegaré esta flor a mi vestido. Si funciona, me coso la flor al vestido y buscaré más flores como ésta, ¡hasta pegamento le pongo!”

Ramona cantó en la cueva, fue un ensayo en el que se sintió observada. Debía ser la flor, pero ¿quién la habrá dejado allí?, ¿quién escribió esa nota?

Cuando ya recogía su mochila, oyó algunos ruidos que venían desde fuera de la cueva. Era una gran osa, que miraba la flor. Estaba totalmente hipnotizada con el maravilloso colorido de la flor.

La osa se quedó sentada mirando, realmente era muy grande. Ramona tuvo ganas de correr pero una voz, desde atrás, le dijo:

-"No corras, sólo canta. Está acostumbrada a escucharte, como yo. Camina despacio.”

Ramona comenzó a cantar y no paró de andar. La seguía este chico, y también un perro, y cincuenta o sesenta ovejas.

Cuando la osa quedó atrás, Ramona, ya mucho más tranquila, pudo ver al pastor y a sus animales y ya entendió aquello de la nota y de la flor.

-“Oye, y ¿dónde podré obtener más flores como ésta?”

-“Al lado de la cueva, pero te las recogeré yo, son flores mágicas, custodiadas por mis abejas, nacidas de mezclas de flores que harán que la gente que te escucha se concentre en tu voz.

Y ya te puedes imaginar.

Cantilandia dejó de reir, dormir y roncar cuando debían escuchar. A partir de ahora, cuando escuchan a Ramona, sólo aplauden y disfrutan, y no dejan de mirar a las flores. Eso te iba a contar, porque las miran y las miran…, pero eso, eso ya es otro cuento…

 


domingo, 11 de noviembre de 2018

Desprendimiento de rutina


Escrito para un taller, renuevo estas letras. ¡¡¡Cuánto tiempo!!!

DESPRENDIMIENTO DE RUTINA

La verdad es que no quería ir al centro de salud pero un fuerte dolor de cabeza me impedía disfrutar de mi descanso y de mis quehaceres en casa. Estos últimos no me gustan demasiado. No sé cuando conviene limpiar la ducha, si antes o después de usarla. Tampoco me gusta el ruido de la lavadora, mezclo el jabón y el suavizante, la enciendo y me voy a la calle. Al principio me equivocaba con las cantidades adecuadas. Ya no me pasa el encontrarme la espuma en el recibidor.

Cuando trabajo, todo es más fácil. Estas tareas son sólo las justas para mantener un bonito desorden, de aquellos que se pueden enseñar cuando alguien te visita. Ahora, que tengo unos días de vacaciones, no espero a nadie pero las tareas pendientes se multiplican conforme abro armarios. No me queda ninguno vacío.

Siempre me han llamado Rufo, vivo solo desde que supe que no quería a mi novia, no lo bastante. Estaba con ella porque era buena chica. El mes pasado Silvia se casó con un estupendo muchacho que toca la trompeta. Yo también lo soy.

Trabajo en un centro social, toco el tambor, ayudo a otras personas y aprendo jardinería.

Bien, el dolor en la cabeza no se iba, tuve que ir al centro de salud. Es un lugar que no me gusta porque allí la gente observa mucho a los demás. La mayoría de las veces me fastidia que me miren y tener que devolver esa mirada.

Cuando llegué al mostrador estaba vacío. Siempre que voy, me acuerdo de ir a la hora en que mi vecina Paula llama a comer a sus hijos. La deben escuchar en todo el pueblo, la comida es sagrada aquí. Esperé después de coger el numerito: el 33, ¡la torre!, ¡agárramela y corre! Un pasaje de la escuela, una anécdota como otra cualquiera. Sólo lo pensé, hay veces que lo digo en voz alta. Me contuve.

Sentado, vi pasar a un doctor, quise preguntarle dónde estaba la gente pero no dio tiempo para tanto. Llevaba el teléfono en la oreja y mucha prisa.

Por fin apareció una señorita con el pelo largo, unos ojos brillantes, una boca muy sonriente y una bata blanca que escondía una blusa de color granate, como las cerezas maduras que mi tía Teresa usaba para aquellos pasteles que echo de menos. Siguió sonriendo cuando me dijo:

-Hola, ¿qué desea?

La verdad es que me hizo pensar su pregunta pero, apartando de mi mente aquellos pasteles de cereza, le respondí:

-Tengo un fuerte dolor aquí -me señalaba la cabeza- y quería ver al médico.

-Pues déjeme la tarjeta, por favor.

Una vez que tuvo mis datos, me dijo que subiera a la consulta 3. Así lo hice mientras recordaba su última sonrisa y sus ojos, incluso su pelo y el color cereza de aquella blusa bajo la bata blanca.

Cuando salí del médico, ella no estaba ya. El médico acertó en el diagnóstico pero quien me curó fue la señorita. Mañana vuelvo, pensé al instante. Espero volver a ver aquel pastel de cerezas.

sábado, 18 de febrero de 2017

Un País y Diferente


Un País y Diferente
Este año pasado y el pasado del pasado hemos tenido elecciones, ¿verdad?
Algunas de ellas no han servido para encumbrar a figura alguna hasta el sillón presidencial. El mes de diciembre, además del sorteo de Navidad, antes que éste incluso, hubo elecciones, el 20D. Escribo estas letras y no para recordarles esto, no.
Escribo porque después de razonar, después de intercambiar “tweets”, después de ver y escuchar debates, unos sesgados y otros… también, después de leer la prensa, después de escuchar la radio, después de escuchar las cuñas de publicidad gratuita…, después de todo esto, me pregunto varias cosas.
¿Es nuestro país democrático? Esta pregunta es una pregunta sencilla de contestar pero, a mi juicio, podría contener un sentido perverso. Dependería de quién me hiciera la pregunta, en algún caso podría pensar que tengo poco que responder. Me gustaría saber explicar este sentimiento. Lo intentaré.
 
También me pregunto: ¿Quién ostenta el poder real en la sociedad? ¿Podría una o unas personas honradas, confiadas, que pensasen que las demás también lo son, ser buenas representantes de los ciudadanos y ciudadanas de este país? 
Sí, sí, claro.
También me pregunto: ¿La clase política debiera ostentar ese poder antes mencionado o bastaría con ser representantes de la ciudadanía? Son también, qué duda cabe, integrantes del poder ejecutivo y legislativo pero… ¿esto qué significa?

¿Sabe cada persona que resulta elegida como diputado/a que debe trabajar para intentar mejorar el ente al que representa? Un diputado nacional deberá trabajar por el bien de España, por el de los españoles; una alcaldesa, al igual que un concejal, trabajará por el de sus localidades, por el bien de sus vecinos y vecinas. Es fácil, ¿no? Sí, pero hay que añadir el matiz de “en general”.
Estos representantes debían buscar el buen fin para la generalidad, no para la generalidad de unas pocas personas o de un grupo con intereses cercanos, o de uno mismo. Bien, creo que esto es trivial.
Hablaba de democracia antes. Decía que intentaría explicar un sentimiento personal de manipulación, así lo he percibido algunas veces cuando nos dejan el saco lleno al lado, “coged toda la que queráis, cuánta más, mejor”. 
Y es que les cuento, después de los debates y de algunos periódicos, y de algunas cuñas publicitarias, y de más…, pues que veo injusto que tanta democracia olvide a algunos representantes.  Naturalmente me he fijado en detalles pero también me he fijado, y mucho, en las generalidades.
Pues que no esperaba que se acabase del todo el bipartidismo y tampoco que se desinflase el efecto popular de los partidos llamados emergentes. Pero mucho menos esperaba que se menosprecie la labor de otros partidos como…
¿Para qué voy a andarme por las ramas? No esperaba que la labor de UPyD mereciera un trato tan desigual al dado a otros partidos que aspiran a contar sus programas.
Tampoco esperaba el débil reflejo que causa toda esta labor de UPyD en la sociedad española, quizás no hayan sabido contarla bien, quizás no ha interesado a las personas influyentes de este país. Puede que no interesase.
En definitiva…  "No a las puertas giratorias" podría ser un inicio donde buscar, o el origen de algunas denuncias a personajes y entes sospechosos… Los representantes de UPyD no han aceptado asomarse a esas puertas y sí trabajaron y pagaron muchos procesos contra la corrupción...
Pero investiguen por ustedes mismos. Me permito decirles que no esperen escuchar noticias o leer artículos sobre esta agrupación, no hay mucha oportunidad. ¿Por qué?
Hoy, ya en febrero de 2017, después de bastantes semanas con este escrito preso del disco duro, he leido un tweet de Andrés Herzog y he recordado la emoción.

Sí, la emoción ante los logros jamás pensados. Recuerdo emocionarse a mi padre hace muchos años. Parecida circunstancia la he sentido, pensando en la política, pocas veces en mi propia persona.
Una de ellas fue escuchando al señor Herzog, en un debate televisivo, explicando el programa de UpyD, aún pareciendo ingenuo, lo reconozco. Un apunte, según mi diccionario de la Real Academia Española, la palabra ingenuidad significa:

                “Candor, falta de malicia”.
Y candor, por si acaso, significa:

                “Sinceridad, sencillez, ingenuidad y pureza del ánimo”.
No puedo decir mucho más. Bueno, sí.

Otro momento emocionante para mí fue escuchar un discurso del señor Gorka Maneiro, exdiputado vasco por UpyD. Fue en el Parlamento vasco, una de tantas comparecencias, el más activo en su ‘promoción’. Habló muy claramente definiendo algunos que otros sentimientos.
La verdad, no puedo decir más. Sólo confío que los diccionarios de las distintas Comunidades Autónomas no hayan adaptado algunas palabras o sus significados a la conveniencia política según el momento…, y si es así, ¡qué avisen, por favor!
 

jueves, 9 de octubre de 2014

VIVIR LEYENDO

Si acaso, leer es tan bello como vivir. A ver, a ver, no es comparable en sí, pero la belleza de leer comienza porque puedas elegir qué y esto mismo no es posible en otras tareas.
A ver, os aviso. Intentaré explicarme pero no tengo mucho que contaros ahora. Veremos al despedirme si he logrado demostrar la primera frase.


Qué bueno leer algo emocionante, que nos haga pensar, releer, recordar, compartir, soñar, ..., verdad?
Y puestos a disfrutar, si además uno elige y elige bien lo que quiere leer, leer puede transportarnos a una historia donde sentimos lo escrito.
Cuando vivimos, cuando sentimos sin leer, la experiencia es natural, original, real, especial, es principal. Aunque hayamos elegido lo vivido, lo normal es que la vivencia suceda a otra, y ésta a
otra, y así. Casi podría decir que es igual que si no hubiéramos elegido vivencia.
Entonces, podemos elegir lo vivido?
No siempre, no casi siempre, no. Lo vivido no se elige. Se elige, y tampoco, lo que piensas vivir, pero eso no alcanza en nada a lo vivido. Alcanza sólo a lo pensado.
Es bello pensar?, soñar con vivir un momento?, es bellísimo. Y más bellísimo es cuanto más difícil de vivir, si es lo soñado. Pero, a ver, es bonito leer?
Sobre qué? Qué? Elige, busca palabras, busca sentir, puede pasar que pienses viviendo lo que lees y, también, que leas pensando lo que vives, incluso, aunque menos probable, que vivas
leyendo lo que piensas.
Entonces, leer algo iguala a vivir algo?
No, pero elige bien lo que lees, piensa, saborea la buena lectura, la buena historia. Mientras puedas, procúralo siempre, elige lo que vives. Para saber si elegiste bien, habrá que haberlo vivido,
casi leído en la memoria.
Vive y lee, casi seguro que leer ayuda a vivir y seguro que vivir permite leer.
Bien, elegiste leer esto? Seguro que hubieras preferido vivir aquello que pensaste mientras lo hacías. Yo?, también mientras lo escribía.
Dirigido pues, casi exclusivamente, a mí mismo.
Resumiendo más, qué bueno poder leer, qué bueno escribir!

sábado, 8 de febrero de 2014

Abre los ojos

Hay días en que los ojos no miran tan solo, deciden ver. Hay momentos en que los pensamientos se esconden y dejan un resquicio de atención para ver lo cercano, lo inmediato.
 
Hoy fue un día de esos, hoy vi. Hoy hubo momentos de aquellos en que los pensamientos, las preocupaciones se sentaron al lado para ver también... ¡Sienta tan bien!
 
Hoy no hablo de nada trascendente por sí mismo, tan solo hablo de un momento, de unos minutos en que disfruté de un paisaje que 'estaba puesto allí' todos los días pero que no había disfrutado, que no había visto hasta ahora.
 
Os cuento. Paso por una carretera bastante a menudo y no recordaba la existencia de tantos almendros ni tampoco la hermosura que a mí me pareció que éstos, en su conjunto, tenían. Por su diversidad, por cómo aparecen, por la cantidad, por la sorpresa...
 
A que apareciese en mí esta visión y las ganas de contarlo, ayuda naturalmente el que estos almendros han florecido recientemente, el color entre blanco y rosa, violeta, y más...
 
Esto fue lo que llamó mi atención hoy, está claro, estaba claro, y que hubiese un fondo de cielo azul, y que estuviese amaneciendo,..., claro.
 
Y es que no hubiera dicho que había almendros en esta carretera. Apenas llamó mi atención el esqueleto de todos esos árboles días, meses atrás, pero desde luego ahora sí sé que los hay.
 
Durante Kilómetros vi distintas perspectivas, encuadres, imágenes, todas ellas dignas de una buena foto, memorables, recordables, complementarias, antagónicas, suplementarias, distintas, casi iguales en la esencia, sencillas, naturales, bonitas,...
 
Escondidos, atrevidamente asomados al asfalto, grandes, pequeños, altos, desgarbados..., los hay de todas formas y situaciones, crecen en un muro, nacen casi desde las piedras, pero también en grandes campos, alineados, desordenados, a la izquierda, a la derecha,..., no, en el centro no los vi...
 
Cuando tuve estas sensaciones que cuento, cuando estaba 'almendrado' por todas partes no lo pensé, pero ahora, mientras escribo, se me ocurre que esta imagen, esta sucesión de imágenes puede ayudar a disfrutar, creo que igual que ver una película, igual que escuchar una canción, igual que compartir charla y un café.
 
Todo depende de lo que necesite quien quiere disfrutar y del momento. Y ahora, algo confundido, me pregunto: ¿Habría que pagar IVA por este disfrute? ¿Tendría que haber peaje por parte de los propietarios de los almendros? ¿Será ilegal hacer una foto de este paisaje? ¿Estaría aprovechándome del esfuerzo de otros al recordar estas maravillas?... Uy, creo que bastante confundido... Olvidad esto último, sobre todo si tu nombre empieza por Crist, termina por óbal y eres ministro.
 
Termino ya, poco a poco. Comparto el itinerario que me hizo disfrutar de lo que te conté recordando. Desde Jalón a Alcalalí, en Alicante.
 
También antes y después, en Orba, Benidoleig y Pedreguer... De aquí las mandarinas, las naranjas y los limones, entre las hojas verdes,... pero os cuento otro día.
 
De momento miraré en estas tierras que transito las flores del almendro, de cada uno que pueda, para refrescar, para ver.

sábado, 26 de octubre de 2013

Felicidades!!!

Un saludo a quien lo lea, hola.

Pues simplemente felicito en estas líneas a quien tenga que celebrar, a quien quiera celebrar; no importa si un cumple, un santo, una fecha, una alegría sin más.
Tampoco importa cómo, no hace falta fiesta enorme ni escapada ni reunión sin igual.
Tan solo algo distinto, algo que rompa la cotidianidad, que nos haga rememorar, dedicar, recordar, compartir, enseñar,...
Escribo hoy deseando lo mejor a las personas, escribo recordando a las personas que ya no están.

Escribo... recordando una frase de cuando aún las pesetas y los duros eran moneda corriente en nuestro país y me apetece compartirla.
Mezclaría esa frase que despierta en mí, siempre, una sonrisa con las felicitaciones del principio. Y es que felicito a toda persona que me lea (y a la que no me lea también, decídselo vosotros/as); pero felicito en especial a una persona a la que escuché esa frase hace mucho tiempo.
Es una persona que me conocía muy bien y a la que yo hubiese querido conocer más aún. Me acuerdo todos los días, tú lo sabes papá.
Pero hoy más. Me viene a la memoria muy nítida (casi 30 años ya) al leer otra noticia  sobre la muerte de Manolo Escobar, comparto con letras aquellos momentos hace años en un concierto de este gran artista.
Decía que comparto con letras dirigidas a quien tenga que celebrar y me apetece, antes de contar ese momento singular para mí, nombrar una palabra: emoción, emoción por lo bueno, por lo que nos gusta, por lo que nos hace celebrar con alegría.

¿Te acuerdas? Aquella noche de agosto, escuchando en directo al gran Manolo Escobar y tú diciendo aquello de: "Hasta cien duricos fiaos, Manolico". Había quien estaba igualmente divertida por las canciones que por tus comentarios y por tus lágrimas, por esa emoción sincera, por ese momento sostenido durante casi dos horas de emoción y sonrisas... y más lágrimas...

Bien, demasiadas letras escribí hoy cuando realmente se podría haber resumido diciendo: Carpe Diem. Pero no, verdad, tú no lo hubieras escrito así, no, seguro. Y yo tampoco: "Hasta cien duricos fiaos, Manolico".

Descanséis en Paz.


jueves, 10 de octubre de 2013

Cenas de Bar

¿Cómo estamos después de tanta crisis; de tanto brote verde, más bien invisible; de tanta picardía del poder; de tanto robo de guante blanco, de guante público, presuntos o no; de tanta noticia vergonzosa; de tanto trato sin contrato, firmado a dedo; de tanta noticia que esconde, como una atractiva cortina, las verdaderas ocupaciones y preocupaciones de muchas personas gobernantes y/o influyentes de este país; cómo?

Doy mi respuesta, sólo mi respuesta, la de hoy. Pues mal, muy mal, hartos. Así lo creo, así lo estoy. Porque saben ustedes, no es mi deseo estar pendiente de lo que algunas personas hacen, tampoco disfruto valorando los encuentros, tratos y acuerdos entre organizaciones o personas que tienen el ganar dinero a toda costa como principal objetivo diario, no. No quiero escribir sobre esto pero es que... ¡sólo me sale sobre esto!

A ver, lo que pasa es que uno es sensible a la información, también es sensible a la situación, y ésta, la actual situación es inaguantable para muchos, increíble para todos. Leo noticias y escucho noticias y ..., ¿es que todos los días es el día de los Santos Inocentes? De año en año, este día ha dado para noticias disparatadas y hasta eso, inocentes y divertidas. Ahora no puedo creer la mayoría de las que leo o escucho a diario, nada de inocentes y divertidas, culpables y aburridas, cansinas.

Me afectan especialmente las que tienen como protagonistas a gobernantes o a personas allegadas poco honradas, poco consideradas, poco respetuosas en definitiva.
 
Pero eso sí, vivimos en una localidad democrática, cualquier localidad, por pequeña o por grande que sea, es democrática, vivimos dentro de un país democrático, en un mundo..., bueno, esa es la teoría. La práctica, la realidad es otra historia. Vamos a lo nuestro; bueno, a lo mío, voy a escribir sobre... ¿España es democrática? ¿Qué significa democracia?
 
Es un término, según los libros, originado y acuñado en la antigua Grecia, nacido de la unión de dos vocablos: demos (pueblo) y kratos (poder).
 
Seguro que no nace, para nada, perfecto. Había esclavos y mujeres, se les consideraba no ciudadanos. En fin, era el principio de un camino en busca de una alternativa justa de sociedad y gestión de ésta. Poder del pueblo para el pueblo. Suena bien a medias, casi eliminaba yo la palabra poder de la definición. Sí, mejor, y añadía las palabras respeto y honestidad, por el pueblo, por todas las personas.
 
A España parece que llegó tarde, aún recuerdo la canción aquella por los años 70: "ya nos lavamos la cara, ya tenemos democracia...", sí, gran descubrimiento, más vale tarde que nunca. Será por eso que no la hemos dominado aún, la verdadera democracia, digo.
 
Seguro que en multitud de lugares donde el respeto por los demás sea bien considerado desde siempre -¡vaya un sueño!- pueden aportar virtudes a la democracia. En fin... y, a propósito, ¿existen estos lugares? Seguro que exagero.
 
Pero bueno, yo a lo mío, y pregunto: ¿Qué sería vivir en democracia? ¿Se puede vivir sin saber qué es la democracia pero sí teniendo respeto por los demás y hasta por uno/a mismo/a?
 
Intentaré responderme a este par de reflexiones. Sobre la segunda, se puede y se debe, mi respuesta es un sí rotundo, ahí lo dejo. Sobre qué sería vivir en democracia, intento explicar mi punto de vista en los siguientes párrafos.
 
Democracia sería aquello de que el poder lo ostenta el pueblo, todos de acuerdo. Bien, pero el pueblo no se reúne en asamblea para decidir, luego de democracia directa no hablamos. Claro, era mucho pedir a las primeras de cambio.
 
Democracia semidirecta o participativa, suena bien, ¿no creen? Lo de participativa digo. Aún habiendo delegado el poder en representantes justamente elegidos por la mayoría, también puede extender el pueblo su participación en la gestión a través de mecanismos como el referéndum, el plebiscito y la iniciativa popular.
 
Casi acertamos pero hace falta hacer el pino puente con voltereta lateral para que estos mecanismos se usen fuera de las camisas de fuerza que nuestras leyes, o sea, nuestros gobernantes, les han colocado. ¡Pues sí que me fastidia!
 
Democracia indirecta, el pueblo elige representantes para que éstos tomen las decisiones. Serán representantes, atendiendo a una jerarquía. Aquí sí, aquí está España, así la veo, más que en las otras modalidades. Y hablando de todo un poco, no por ser aguafiestas, el tamaño de las jerarquías y el refranero popular castellano motivan la cantidad de noticias que alimentan el desencanto de una parte del pueblo, al menos mi desencanto. No lo digas a nadie, shshshshs...
 
Sí, el refranero castellano, sí:
"A quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija".
"El que no llora, no mama".
"A Dios rogando y con el mazo dando".
"A nadie le amarga un dulce".
"Antes de meter, prometer".
"Consejos vendo y para mí no tengo".
"Cuánto más se tiene, más se quiere".
"De lo que no cuesta, llena la cesta".
"Donde fueres, haz lo que vieres".
"El hábito no hace al monje".
"El que parte y reparte, se queda con la mejor parte".
"La ley del embudo, para mí lo ancho y para ti lo agudo".
"Luego que tu pan comí, no me acordé de ti".
"Ojos que no ven, corazón que no siente".
"Poderoso caballero es don dinero".
"Una cosa es predicar y otra dar trigo".
Y es que: "El que vive de favores, sirve a muchos señores".
 
No digo yo que no necesitemos representantes, poli..., casi no me apetece escribir políticos Y políticas. Pues claro que nuestro país necesita de unos representantes, que deben ser elegidos, votados por el pueblo. Bueno, pues ya empezamos mal. El pueblo vota con unas papeletas sencillas y la ley electoral complica la lectura y el resultado de lo que el pueblo elige y, además, permite pactos y mociones personales, con motivaciones a veces de dudosa honorabilidad..., ¿dónde está aquí el pueblo? ¿Sólo votar?

Personas reales con R de Rey, que no es igual a la R de Reina; organizaciones e institutos varios con la N de No; gobernantes locuaces a ratos con amplios apoyos de todo tipo; personas en las que, confiadamente, gente honrada ha depositado esperanzas, ilusiones, confianza, votos... para, simplemente, poder pensar en futuro;... bien, pues muchas de esas personas no están actualmente a la altura que toca.

¡Qué de corrupción, qué de avidez por el poder, qué de esfuerzos (lástima de palabra en esta frase) para el enriquecimiento personal, qué de amnistías..., en fin, ¡ojalá!

En realidad no quería escribir sobre estas historias. Me hubiera gustado compartir algunas situaciones y hechos totalmente distintos. Me maravilla la forma de actuar de ciertas personas, altruistas en mayor o menor medida, pero sensatas, honestas con el entorno... ¡eso es lo que puede sacarnos de la actual situación! ¡Y mira que soy positivo, pero de los de más por más, eh!, pero no hay manera.
 
En fin, ahora sí, les dejo unos enlaces, por si nos animamos.