sábado, 11 de febrero de 2012

More or less


Exchange English for Spanish speaking

Hello! Thank you to read this.
I got this writing because I would like to improve my English, above all my speaking and listening.
If you would be interested to improve your Spanish, you met your new Spanish teacher and, of course, I would be enchanted that you could help me in my English.
'It could be possible by skype or if you are in Alicante (Spain)', once or twice a week it would be OK.
Anyway, I would like to read your comments about this blog or to read your own blog and I will write to you as soon as I can.
Best wishes.

A la sierra de Redován

Me quedó por preguntar,
casi no lo creerás,
si tenías que contar.

Tanto y tanto escrito,
en domingo y a cualquier hora;
tantas y tantas lágrimas,
en casa y en cualquier lugar.

Tantos sueños en papel
y no los supe escuchar,
ni ver, ni copiar, ni llorar.

¿Qué me quieres enseñar?,
¿qué más quieres dibujar?,
¿qué escribiste hoy sin más?,
¿cómo me puedo enterar?

Me quedó por preguntar,
casi no lo creerás,
si tenías que contar.

¡Cuántas historias viviste!,
algunas sí disfruté,
¡cuántas se perdieron!,
otras, en cambio, frustré.

Qué pena no saber,
en cada momento, aprender;
unas veces, a escuchar
y todas a entender.

Me quedó por preguntar,
casi no lo creerás,
qué me querías contar.

jueves, 2 de febrero de 2012

Otro escrito por "El ojo crítico"

Desde que había recibido la llamada del pequeño Nicola, daba vueltas a la cabeza, me preguntaba qué podía querer de una médium el grupo de mafiosos al que representaba. Todo el pueblo sabía quienes eran los clientes de Nicola. Desde pequeño, como su padre, sólo tuvo amigos poderosos. Eso hasta que se graduó como abogado, ahora no sólo eran amigos poderosos, eran amigos peligrosos.
Recuerdo a Nicola de niño, ¡cuántas tardes y noches pasamos muchos vecinos sentados en el portal entretenidos mientras él escuchaba! No interrumpía a nadie, escuchaba con atención. Aprendía.
Cuando esa mañana llamaron a la puerta, la abrí e hice pasar a Nicola y a sus dos acompañantes, a Don Camilo y a un corpulento muchacho. Pasaron a mi despacho.
Nadie dijo más que un “buenos días”. Habló Nicola: “Don Camilo cree que su papá y el mío dejaron un asunto sin terminar. Queremos hablar con ellos”.
Supe inmediatamente de qué se trataba.