sábado, 11 de febrero de 2012

A la sierra de Redován

Me quedó por preguntar,
casi no lo creerás,
si tenías que contar.

Tanto y tanto escrito,
en domingo y a cualquier hora;
tantas y tantas lágrimas,
en casa y en cualquier lugar.

Tantos sueños en papel
y no los supe escuchar,
ni ver, ni copiar, ni llorar.

¿Qué me quieres enseñar?,
¿qué más quieres dibujar?,
¿qué escribiste hoy sin más?,
¿cómo me puedo enterar?

Me quedó por preguntar,
casi no lo creerás,
si tenías que contar.

¡Cuántas historias viviste!,
algunas sí disfruté,
¡cuántas se perdieron!,
otras, en cambio, frustré.

Qué pena no saber,
en cada momento, aprender;
unas veces, a escuchar
y todas a entender.

Me quedó por preguntar,
casi no lo creerás,
qué me querías contar.

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