jueves, 9 de agosto de 2012

Ortografíate


Quería hablar acerca de la ortografía, sí, de aquella ciencia que hace que tardemos mucho, pero mucho, tiempo en escribir un mensaje a otra persona. Esto, ya sea por internet como por sms, como por carta…. ¿Alguien de ustedes sigue escribiendo cartas a las amigas y los amigos? Ah, ya, ya…
No, ya, pero sí por internet y por sms. Bendita tecnología y es que la culpa es del tiempo. No sabemos más ortografía porque no trae a cuenta. Cuando escribes meticulosamente algo así como:
“¿Qué te cuentas? Llegué la semana pasada. Estoy en la casita de mis padres. Tengo ganas de verte. Te espero hoy por el parque sobre las 6.” Cuando vayas a llegar, tu interlocutor/a está decidiendo si lee el mensaje, lo manda descifrar o si era de algún desconocido. Si acaso os veis por el parque, te mirará raro y pensará: “Vaya sms q m ha mandao, m lo habrán cambiao”, porque tu interlocutor/a está acostumbrado/a a:
“””Ke qntas? Llegué la smana pasada. Stoy n la ksita d mis padres. Tngo ganas d vrt. T spro hoy x el parke sobr las 6””” . Y no exagero. Claro, claro, lo entiendes porque lo leíste en el párrafo anterior, que si no ya estarías haciendo el sudoku como yo.
Esto es porque acostumbran a la mente a los jeroglíficos y a los mensajes cifrados. Los muy jóvenes dominan esta ciencia, están acostumbrados a esto. Son grandes estudiosos de esta técnica, que avanza a diario hasta límites insospechados. Para ellos es sencillísimo resolver estos enigmas y crear nuevos a diario. Sí.
Bueno, y hablando de ortografía, debíamos aprender de la juventud, se me ocurre alguna que otra palabreja que se podría evitar y dejar de usar, porque digo yo: bastante complicada es la vida. Hay que trabajar, estudiar, compartir, madrugar, comer, …
A propósito, también hay que responder a aquella pregunta de: ¿qué hacemos mañana de comer?;  o limpiar la ducha al salir de ella, que digo yo, si me duché para dejar de sudar, ya la limpio mañana antes de ducharme, si eso.
¿He dicho lo de acordarse de qué comí ayer?, ¡qué pregunta más tonta!, ¡pero la mar de recurrida! Y no digo nada lo difícil de coincidir en el momento e intensidad de deseo sexual para practicar sexo con tu pareja, realmente difícil, casi, casi imposible…  Cuando a ella le apetece, escribo, estoy viendo deporte o estoy en lo más interesante del libro, o me iba ya… Cuando a mí me apetece, ella tiene que escribir, está viendo deporte o eso tan chulo, o está en lo mejor del libro, o tiene que hacer aquello que te dijo,  o se iba ya...
Es que la vida es complicada, sí. Sobre todo cuando llevas más de diez años casado con la misma persona, a la que sigues queriendo ¿cómo el primer día? Pues ya no me acuerdo.
Bien, pues buscando hacer la vida más fácil, a mí, que me gusta escribir, me parece que evitar palabras que no sabes cómo escribir es un buen consejo y una buena decisión. Sí, sí, parece tonto y de Perogrullo pero… ¿es que no has visto faltas en la prensa?, ¿o en un subtítulo de una peli?, ¿o en el folleto de las rebajas?, ¿o en el cartel de una tienda?
  Un ejemplo que me asalta a diario: tienda con su cartelito bien grande y bien mono, y en él dice: Bricolaje, que, en muchas tiendas y almacenes dedicados a él, también he visto escrito:
´Bricolage´.
¡Qué delito dedicarte a un tipo de negocio y no saber cómo escribir la denominación de éste o no cuidarte de saberlo! En este caso, es que cada vez que pides un permiso, una licencia, un trabajo de publicidad y marketing, le pegas una patada al diccionario. Trabajo en la tienda de bricolajjjjejeje… , con j de jefe, debía decir. Y no, ‘bricolage’ con g de geranio, jejeje…, que diría una chica que sé yo que le da alergia, que no alegría.
Que digo yo: aprendes equivocándote… eso es verdad, pero los que mandaron hacer, los que hicieron y los que pagaron el cartel no aprenden. Si hubieran aprendido, corregirían esa falta. No sé, con corrector, con el lapicito blanco ese, con una J sobre la G, o con un círculo rojo sobre la falta. Sería simpático, mira la nota que he sacado, un 0. Eso por equivocarme. O sea, que no es verdad que se aprende equivocándote, no siempre al menos. Se aprende dudando.
Si hubieras dudado, ¿es con J o con G? Voy a buscarlo en el diccionario, en el de la Real Academia, ¡no vaya a ser! Claro, claro, así sí. Con lugar a dudas aprendes un montón, sin lugar a dudas.
Así que duda cuanto puedas y, no lo olvides, cuando vayas a encargar el cartel, debes llevarte el diccionario, que después dudas, ¿cómo era? Sí, si lo miré a cosa hecha. Sí, puede pasar.
Que también hay un plan B. Tenía yo unas profesoras cuando… o más, mucho tiempo atrás, que te decían ante una redacción, usad sinónimos cuando no sepáis cómo escribir determinada palabra.
A ver, en situación, he de encargar un cartel superchulo y supercaro donde se lea “Bricola…e para toda la familia”, y no recuerdo cómo escribirlo y se me ha olvidado el Diccionario de la Real Academia de la Lengua y me da corte pedir que me ayuden…
Sí, claro, en el cartel vamos a poner: “Brico…”; no, mejor: “Todo para las reformas, …”; no, mejor aún: “Todo para tus chapuz…”; “…o para las manualidades…”; “De todo un poco…”; difícil este ejemplo. Si hubiera traído el diccionario de sinónimos al menos…
Pero os cuento cómo haría si fuese mi caso, mandaría hacer el cartel al instante. Su precio es por letras. Tantas letras, tanto dinero por letra, tanto cuesta.
¿Os acordáis de los sms? ¿Para qué poner bricolaje cuando con brico estamos en la onda, cuesta la mitad y no te equivocas?
Pues eso: BRICO. Con b al principio, de las altas, ¡eh! ¡No vaya a ser al final…!

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